Bases filosóficas del absolutismo
Los intelectuales de la época cuestionaron el conocimiento filosófico heredado del
periodo medieval, basada en los principios aristotélico-cristianos. Los
hombres intentaban dejar que las respuestas acerca de la sociedad, la política, la
ciencia el Estado que puedan ser
explicadas por medio de la razón, y no de la fe. El “orden natural” de la edad media donde todas las cosas tienen su lugar giran alrededor de dios es
una explicación que no satisface ya a
hombres como Bacón, Descartes o Newton que centran sus respuestas en las
matemáticas para explicar los fenómenos
a través de experimentos tangibles. Hay
pues un punto de inflexión en las
interpretaciones del universo y la vida.
Maquiavelo
(1469-1527).
El concepto de estado y necesidad de estado.
Origen de la sociedad y del poder
real. Los hombres no se aman a causa del Pecado Original. Para corregir esta situación y evitar
enfrentamientos se necesita un poder fuerte. Esta autoridad se encarna en los
reyes porque Dios quiere un reflejo de su poder paternal. Teoría del ejercicio
del poder por los reyes. - El rey es sede de toda autoridad y fuente de
derecho. Su monarquía no puede ser
compartida porque nadie está a su altura. - La noción de una sociedad como una
familia supone la idea de un rey paternal. El rey es sagrado, no puede ser
atacado y debe ser obedecido, excepto si manda algo en contra de Dios. El monarca debe gobernar con justicia, huir
de la arbitrariedad y proteger la religión
Las leyes de naturaleza (tales como las de justicia, equidad, modestia, piedad y, en suma, la de haz a otros lo que quieras que otros hagan para ti) son, por sí mismas, cuando no existe el temor a un determinado poder que motive su observancia, contrarias a nuestras pasiones naturales, las cuales nos inducen a la parcialidad, al orgullo, a la venganza y a cosas semejantes. Los pactos que no descansan en la espada no son más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre, en modo alguno. Por consiguiente, a pesar de las leyes de naturaleza (que cada uno observa cuando tiene la voluntad de observarlas, cuando puede hacerlo de modo seguro) si no se ha instituido un poder o no es suficientemente grande para nuestra seguridad, cada uno fiará tan sólo, y podrá hacerlo legalmente, sobre su propia fuerza y maña, para protegerse contra los demás hombres. En todos los lugares en que los hombres han vivido en pequeñas familias, robarse y expoliarse unos a otros ha sido un comercio, y lejos de ser reputado contra la ley de naturaleza, cuanto mayor era el botín obtenido, tanto mayor era el honor. Entonces los hombres no observaban otras leyes que las leyes del honor, que consistían en abstenerse de la crueldad, dejando a los hombres sus vidas e instrumentos de labor. Y así como entonces lo hacían las familias pequeñas, así ahora las ciudades y reinos, que no son sino familias más grandes, ensanchan sus dominios para su propia seguridad, y bajo el pretexto de peligro y temor de invasión, o de la asistencia que puede prestarse a los invasores, justamente se esfuerzan cuanto pueden para someter o debilitar a sus vecinos, mediante la fuerza ostensible y las artes secretas, a falta de otra garantía; y en edades posteriores se recuerdan con honor tales hechos.
No es la conjunción de un pequeño número de hombres lo que da a los Estados esa seguridad, porque cuando se trata de reducidos números, las pequeñas adiciones de una parte o de otra, hacen tan grande la ventaja de la fuerza que son suficientes para acarrear la victoria, y esto da aliento a la invasión. La multitud suficiente para confiar en ella a los efectos de nuestra seguridad no está determinada por un cierto número, sino por comparación con el enemigo que tememos, y es suficiente cuando la superioridad del enemigo no es de una naturaleza tan visible y manifiesta que le determine a intentar el acontecimiento de la guerra”.
THOMAS HOBBES
Fragmentos extraídos de “El Leviatán”, escrito por Thomas
Hobbes en 1651.
1. “…señalo, en primer lugar, como inclinación general de la
humanidad entera, un perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con
la muerte (…) La pugna de riquezas, placeres, honores u otras formas de poder,
inclina a la lucha, a la enemistad y a la guerra (…) El temor a la opresión
dispone a prevenirla o a buscar ayuda en la sociedad; no hay, en efecto, otro
camino por medio del cual un hombre pueda asegurar su libertad y su vida.”
2. “…hallamos en la naturaleza del hombre tres causas
principales de discordia. Primera, la competencia; segunda, la desconfianza;
tercera, la gloria. La primera causa impulsa a los hombres a atacarse para
lograr un beneficio; la segunda, para lograr seguridad; la tercera, para ganar
reputación.”
3. “Con todo ello es manifiesto que durante el tiempo en que
los hombres viven sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la
condición o estado que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos
contra todos. (…) En una situación semejante no existe oportunidad para la
industria, ya que su fruto es incierto; por consiguiente no hay cultivo de la
tierra, ni navegación … ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de
todo, existe continuo temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre
es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve.”
4. “En esta guerra de todos contra todos, se da una
consecuencia, que nada puede ser injusto. Las nociones de derecho e ilegalidad,
justicia e injusticia están fuera de lugar. Donde no hay poder común la ley no existe:
donde no hay ley no hay justicia. Justicia e injusticia (…) son cualidades que
refieren al hombre en sociedad, no en estado solitario … En dicha condición no
existen propiedad y dominio, ni distinción entre tuyo y mío; sólo pertenece a
cada uno lo que puede tomar y sólo en tanto pueda conservarlo.”
5. “Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz son el
temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida
confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo.”
6. “El derecho de naturaleza … es la libertad que cada
hombre tiene de usar su propio poder como quiera, para la conservación de su
propia vida. (…) La condición del hombre es una condición de guerra de todos
contra todos, en la cual cada uno está gobernado por su propia razón… (Así)
cada hombre tiene derecho a hacer cualquier cosa (…) Y, por consiguiente,
mientras persiste ese derecho natural de cada uno con respecto a todas las
cosas, no puede haber seguridad para nadie…”
7. “La ley primera y fundamental de la naturaleza: buscar la
paz y seguirla, la segunda: que uno acceda, si los demás consienten también, y
mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo, a renunciar
este derecho a todas las cosas”“Mientras uno mantenga su derecho de hacer cuanto
le agrade, los hombres se encuentran en situación de guerra”
8. “…el motivo y el fin por el cual se establece esta
renuncia y transferencia de derecho no es otro sino la seguridad de … su vida.
(…) La causa final de los hombres (que naturalmente aman la libertad y el
dominio sobre los demás) al introducir
esta restricción sobre sí mismos es el cuidado de su propia conservación.”
9. “El único camino para erigir semejante poder común, capaz
de defenderlos contra la invasión de los extranjeros y contra las injurias
ajenas, asegurándoles de tal suerte que por su propia actividad y por los
frutos de la tierra puedan nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos, es
conferir todo su poder y fortaleza a un hombre o a una asamblea de hombres,
todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir sus voluntades a una
sola voluntad. Elegir un hombre o una asamblea de hombres que represente su
personalidad; y que cada uno considere como propio y se reconozca a sí mismo
como autor de cualquiera cosa que haga o promueva quien representa su persona…”
10. “…es una unidad real de todo ello en una y la misma
persona, instituida por pacto de cada hombre con los demás (…) la multitud así
unida en una persona se denomina ESTADO (…) Esta es la generación de aquel gran
LEVIATÁN, de aquel Dios mortal, al cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra
paz y nuestra defensa. (…) El titular de esta persona se denomina SOBERANO …
cada uno de los que le rodean es SÚBDITO suyo.”
11. “Dícese que un Estado ha sido instituido cuando una multitud
de hombres de hombres convienen y pactan, cada uno con cada uno, que a un
cierto hombre o asamblea de hombres se le otorgará por mayoría, el derecho de
representar a la persona de todos, de ser su representante. Cada uno de ellos,
tanto los que han votado en pro como los que han votado en contra, debe
autorizar todas las acciones y juicios de ese hombre o asamblea de hombres … al
objeto de vivir apaciblemente entre sí y ser protegidos contra otros hombres.”
12. “…como cada súbdito es, en virtud de esa institución,
autor de todos los actos y juicios del soberano instituido, resulta que
cualquier cosa que el soberano haga no puede constituir injuria para ninguno de
sus súbditos, ni debe ser acusado de injusticia por ninguno de ellos. (…) cada
particular es autor de todo cuanto hace el soberano, y, por consiguiente quien
se queja de la injuria por parte del soberano, protesta contra algo que él
mismo es autor, y de lo que en definitiva no debe acusar a nadie sino a sí
mismo…”
13. “…es inherente a la soberanía el ser juez acerca de qué
opiniones y doctrinas son adversas y cuáles conducen a la paz; y por
consiguiente, en qué ocasiones, hasta qué punto y respecto de qué puede
confiarse a los hombres cuando hablan a las multitudes, y quién debe examinar
las doctrinas de todos los libros antes de ser publicados.”
14. “…es inherente a la soberanía el pleno poder de
prescribir las normas en virtud de las cuales cada hombre puede saber qué
bienes puede disfrutar y que acciones puede llevar a cabo sin ser molestado por
cualquiera de sus conciudadanos. Esto lo que los hombres llaman propiedad.”
15. “…es inherente a la soberanía el derecho de hacer la
guerra y la paz con otras naciones y Estados (…) y cuanto dinero se ha de
recaudar de los súbditos para sufragar los gastos consiguientes. El poder
mediante el cual debe ser defendido el pueblo, consiste en sus ejércitos, y la
potencialidad de un ejército radica en la unión de sus fuerzas bajo un mando,
mando que a su vez compete al soberano instituido, porque el mando de la
militia sin otra institución, hace soberano a quien lo detenta.”
16. “…es inherente a la soberanía la elección de todos los
consejeros, ministros, magistrados y funcionarios…”
17. “…se asigna al soberano el poder de recompensar con
riquezas u honores, y de castigar con penas corporales o pecuniarias, a
cualquier súbdito, de acuerdo con la ley que él previamente estableció; o si no
existiese ley, de acuerdo con lo que el soberano considere…”
18. “Como el poder, también el honor del soberano debe ser
mayor que el de cualquiera o el de todos los súbditos: porque en la soberanía
está la fuente de todo honor. Las dignidades de lord, conde, duque y príncipe
son creaciones suyas (…) delante de él no son sino como las estrellas en
presencia del sol.”
19. “Puede objetarse aquí que la condición de los súbditos
es muy miserable. (…) Considérese que la condición del hombre nunca puede verse
libre de una u otra incomodidad, y que lo más grande que en cualquier forma de
gobierno puede suceder, posiblemente, al pueblo en general, apenas es sensible
si se compara con las miserias y horribles calamidades que acompañan a una
guerra civil, o a esa disoluta condición de los hombres desenfrenados, sin
sujeción a leyes y a un poder coercitivo que trabe sus manos, apartándoles de
la rapiña y de la venganza.”
20. “Los hombres para alcanzar la paz y, con ella, la
conservación de sí mismos, han creado un hombre artificial que podemos llamar
Estado, así tenemos también que han hecho cadenas artificiales, llamadas leyes
civiles”
Bibliografía:
TOUCHARD, Jean; “Historia de las ideas políticas”; Editorial Tecnos;
Madrid, España, 1985.
EJERCICIO
¿Por qué para Hobbes es necesaria la Monarquía Absoluta? Cuáles son los pasos que llevan a ella? y ¿Por qué?
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